Nazareno Casero: En esta profesión un poco te la tenés que creer

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Son días sin pausa para Nazareno Casero. Está rodando “Nieve roja”, un thriller junto a Justina Bustos y Juan Gil Navarro, haciendo “Jardines salvajes” en el teatro Metropolitan junto a Carlos Portaluppi, estuvo entrenando para un inusitado  combate de boxeo  frente al actor español Jaime Lorente, pero sobre todo está acompañando “Reflejado”, la película de Juan Baldana donde es absoluto e hipnótico protagonista. Allí interpreta a un limpiavidrios suspendido en las alturas que ve pasar vidas ajenas detrás de los cristales.

Fue el Diego Maradona joven de “Sueño bendito”, Maguila en “Historia de un clan”, “Bocha”, el pibito que nos partió al medio en Buenos Aires “Viceversa” y también Guillermo, el corazón de “Crónica de una fuga”. Nazareno Casero le imprime una rara mezcla de intensidad y ternura a todo lo que hace. Ya sea pasear a su perro Rulo o postear lo que se le antoja en las redes  “En un diálogo de Twitter podés resumir todo lo que somos, se ve un poco la mugre, en Instagram todos muestran sus tatuajes hermosos y poses estilizadas. Es lindo encontrar algún tesoro en la basura, entre los tuits hay cosas increíbles. A los que quieren prohibir X les digo ‘fuck you’ con las dos manos. Hay que cancelar a los que cancelan”, dice Nazareno Casero. El que puede, puede.

Noticias: En “Reflejado” interpreta a un silletero, un limpiavidrios en altura. ¿El trabajo del actor también es un poco como estar colgado en el vacío?

Nazareno Casero: Hay un paralelismo, porque en la actuación muchas veces estás colgado de una soga y aunque hagas las cosas bien el vacío está ahí, se puede cortar lo que te sostiene, frente al público nunca sabés lo que va a pasar. Hay algo de la aventura de laburar que tenemos en común, salvando las distancias con un silletero, pero a veces con la altura te podés pegar un recontra porrazo. En este oficio hay gente que cuando está arriba se la cree y después el golpe es duro.

Noticias: Usted empezó su carrera siendo muy chico. ¿Le pasó alguna vez eso de creérsela, de marearse?

Casero: Mirá, voy a decir algo terrible, pero un poco te la tenés que creer (se ríe). Lo digo en el sentido que si vos no creés que podés hacer un personaje o llegar a un determinado lugar tampoco lo van a creer los demás. Es fundamental estar convencido de lo que hacés… Después también podés ser un boludo que maltrata a los demás, que no soporta una opinión desfavorable con respecto a lo que hace y eso está mal. Es un delicado equilibrio, volvemos a la analogía de la soga, si te pasás podés caerte al precipicio.

Noticias: Alejo, su personaje en “Reflejado”, habla muy poco a pesar de estar en casi todas las escenas, su trabajo es muy físico. ¿Cómo lo encaró?

Casero: Me parece que hay algo de la economía de la actuación en el cine, porque si sos demasiado histriónico es para matarte. En esa pantalla gigante por más buen actor que sea el que está ahí, si es muy histriónico llega un momento que va a limarte la cabeza. Creo que en el cine hay que ir más a la realidad, a la naturalidad, que lo que te pasa se transmita en tus ojos, en tus expresiones. En el teatro es muy distinto, tenés que laburar con otro lenguaje porque sino no te llegan a ver desde la octava fila. 

Noticias: En algún momento viendo a su personaje ensayar parlamentos frente al espejo me recordó a “Taxi Driver”. ¿Hubo alguna inspiración ahí?

Casero: Y, puede ser, no específicamente en el personaje de Robert de Niro, pero sí en lo que significa la soledad, en ese límite que pasás cuando ya hablás solo y no te importa nada. Siempre hago esta diferencia, una cosa es ser solitario y otra muy distinta es estar solo. Porque cuando estás solo levantás el teléfono y del otro lado no hay nadie para escucharte, no hay una persona que se acerque para contarte algo. En cambio ser solitario es poder convivir amigablemente con tu soledad, a mí me encanta estar solo. No lo sufro, tengo la suerte de estar para cuando me necesita la gente que quiero y que haya alguien cuando yo lo necesito. 

Noticias: En este mundo hiperconectado la gran paradoja es que hay mucha gente sola, ¿no?

Casero: Todos nacemos y morimos solos, el asunto es qué hacemos con eso. Aunque parezca una contradicción interpretar a un personaje tan solo como Alejo, es lindo poder contar esa historia aunque sea dolorosa, porque hay muchas personas que viven así. 

Noticias: Hablando de cosas reales, acaba de boxear en una pelea organizada por el programa de streaming “Paren la mano” en el estadio de Vélez, con el actor español Jaime Lorente, protagonista de exitazos como “La casa de papel”. ¿Qué lo llevó a aceptar semejante propuesta? ¿La adrenalina?

Casero: El box es un deporte hermoso. Creo que nos está pasando cada vez más que necesitamos emociones más fuertes. Yo hoy por hoy prefiero gastar mi dinero en momentos, viajar, comer, disfrutar con amigos o con mi novia, no sé si necesito o si me llenan otras cosas. Así que el hecho de que me inviten a pelear, con las herramientas que tengo, con dos meses de preparación, jugar un rato al gladiador con un actor como Jaime Lorente, que está repleto de trabajo y que igual se toma el tiempo y el esfuerzo de venir desde el otro lado del mundo para que nos subamos a un ring a cagarnos a palos, era irresistible. Él lo hace porque quiere, es un honor y un orgullo para mí. Yo digo que el boxeo es una baranda entre la barbarie y la seguridad del pacto social, rescata algo primitivo donde se le da rienda suelta a la violencia, pero dentro de un marco con muchas reglas. Es como una especie de ajedrez que duele con cada pieza que te comen, pero es un deporte estratégico donde no solo tenés que estar muy despierto con la cabeza sino también con el cuerpo. Me pareció una oportunidad única y obviamente no lo pensé ni un segundo, solo pregunté cuánto medía y cuánto pesaba Lorente…

Noticias: Eso es fundamental en el boxeo por la fuerza y el alcance

Casero: ¡Obvio! Y haciendo sparring me di cuenta de que somos muchos más duros de lo que creemos. Te dan un piñón en la cabeza, te acomodás y seguís. Hay algo del temple que tenemos como seres humanos puesto ahí, no podemos alejarnos tanto del humano guerrero que somos, eso forma parte de nosotros. Estoy muy agradecido de que me inviten a un evento así. Estaba con tres trabajos en simultáneo, tuve que dejar alguno, acomodar los horarios, levantarme a las 6 de la mañana para entrenar, pero ¿cómo iba a decir que no ante un espectáculo que es único? Al final del día esto es un juego súper atractivo. Y eso que entrené con mi amigo Sebastián que pesa 15 kilos más que yo, ¡me pegó unos piñones! (se ríe) He ido al trabajo con algún ojo en compota y pedí disculpas, ¡pero qué lindo deporte! Me hace sentir vivo como pocas cosas en la vida, te juro.

Noticias: Dijo recién que ya no lo llena comprar cosas. Leí que antes tenía debilidad por las grandes marcas, pero ahora se viste como un Simpson, todos los días igual. ¿Es así?

Casero: ¡Sí! Jodo con con eso, pero aclaro que obviamente me baño y lavo la ropa (risas). Tengo siete remeras negras. Hoy me pruebo un pantalón que me gusta y compro tres del mismo. Me encanta vestirme de negro porque es un color sencillo, usar lo que me gusta y que sea simple y combinable es un logro, no necesito ropa de más. Esas zapatillas edición limitada que valen 500 o 600 dólares no son muy distintas a las que cuestan 100, simplemente tienen otra mística, me di cuenta de que estás caminando y te olvidás. En algún momento te vestís para los otros, para el que reconoce esa marca. No es una crítica para los que lo hacen, eh. Yo hablo desde mí, estoy lejos de querer decirle algo al mundo. Simplemente me sucede, pienso que es un gusto innecesario en el mundo donde vivimos. Si voy a gastar que sea en vehículos viejos como los que compré para arreglar con mi papá. Algunos me gustaron de toda la vida y no los pude tener, ahora estoy con una moto que encontré medio destartalada y la aventura de poder armarla con mi viejo me encanta. Unas zapatillas se gastan y las tirás, esto es más importante. Por lo que cuesta un par prefiero ir con tres amigos a comer y cagarnos de risa.

Noticias: Alfredo, su padre, también es fierrero. ¿Rescatar lo viejo y convertirlo en algo nuevo tiene un encanto especial?

Casero: Sí, me encantan los vehículos de los 70, 80 y 90. Por ahí están medio abandonados y para mí ir a lijar la chapa hablando con mi viejo, compartiendo con algún amigo que descubre lo hermoso que es eso, es un disfrute. ¿Me podría comprar una moto cara? Sí, pero prefiero una barata e invertirle tiempo porque como la armamos nosotros tendrá un valor especial. Todo eso de reinventar lo aprendí de mi padre, es encontrar belleza en donde otros quizás ya no la ven. Disfruto las emociones, a veces me aterra pensar qué va a ser lo próximo, pero …¡qué puta es la vida, no para de sorprenderme!

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Nazareno Casero | Foto:Marcelo Dubini.

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