Una importante tormenta de viento y granizo afectó a la región de Cuyo en la noche del lunes. Desde el cielo cayeron bolas de hielo, hasta del tamaño de una pelota de tenis, que dejaron graves secuelas en ciudades de Mendoza y San Juan, con millonarias pérdidas por los destrozos en las viviendas y los campos afectados. El intendente de San Rafael pidió que se declare la emergencia.
Al tamaño del granizo se le sumaron los fuertes vientos, con ráfagas que treparon por encima de los 100 km/h en la aledaña localidad de Real del Padre. El resultado fue impactante: se volaron techos y tinglados, cayeron árboles y fueron aplastados autos en la zona. Varias zonas se quedaron sin luz por el avance de este fenómeno.
Además, se inundaron campos enteros y se echaron a perder las cosechas de la temporada. Por eso, los productores y el intendente de San Rafael solicitaron que se declare la emergencia.
“No es difícil determinar daños del 100 por ciento en algunas zonas cultivadas, nadie esperaba un fenómeno de esta magnitud que voló chapas hasta 200 metros”, dijo Omar Félix, intendente de San Rafael. Félix le pidió al Concejo Deliberante que declare Estado de Emergencia a las localidades de Real del Padre y Jaime Prats, las más afectadas por el temporal.
Defensa Civil de Mendoza había emitido el lunes por la mañana una alerta roja para la Zona Noreste, Este y Sur por la probabilidad de «tormentas fuertes con posible caída de granizo», aunque nada hacía prever la magnitud que terminó teniendo el fenómeno.
Algunos vecinos recogieron las pelotas de granizo que cayeron y compararon el tamaño con huevos y pelotas de golf. La comparación, en algunos casos, se quedó corta: el tamaño de las bolas de hielo, en la palma de la mano de los vecinos, se asemejaba a la de una pelota de tenis.
Por su parte, el intendente de La Paz, Fernando Ubieta, confesó: «Nunca en mi vida vi una tormenta de esta magnitud».
Además, el jefe comunal de esa localidad -ubicada 150 kilómetros al noreste de San Rafael- agregó que «las corrientes de viento soplaron con mucha fuerza por quince o veinte minutos y dejaron un centenar de árboles caídos».
El norte de San Juan experimentó un temporal similar al de Mendoza. Una de las localidades más afectadas fue Iglesia, 140 kilómetros al norte de la capital provincial. Allí los caminos quedaron cubiertos por el granizo blanco y hubo crecida de ríos debido a las intensas lluvias.