La sandía es una de las frutas que más se consume en verano. Refrescante y compuesta por un gran porcentaje de agua, esencial para nuestro organismo, aporta propiedades inimaginables: desde el fortalecimiento inmunológico hasta la protección de la piel y mejoras oculares.
Según el prestigioso instituto European Hydration Institute, una rodaja aporta hasta 150 ml de agua, lo que ayuda a alcanzar los dos litros diarios recomendados en seres humanos. Asimismo, contiene vitaminas A, C, E, B1 y B6; potasio; fibra; azúcares y antioxidantes.
Tal como explica el sitio WebMD, la fruta originaria de África, con una gran presencia y difusión en todo el mundo, tiene efectos positivos para nuestra salud, entre los que se encuentran:
Pero, ¿cómo elegir la sandía más rica? Desde la revista Healthline dieron a conocer una serie de tips para no fallar a la hora de la selección de esta noble fruta.
1. Elegir una sandía que tenga una forma uniforme: lo ideal es que sea simétrica. Además, se debe chequear que no tenga protuberancias, abolladuras o cortes irregulares.
2. Chequear el peso: debe ser pesada para su tamaño; este aspecto significa que tiene la necesaria cantidad de agua y esto indica que está madura.
3. Encontrar la mancha: la sandía debería tener la llamada “mancha de campo”, se trata de un lamparón amarillo en uno de sus extremos. Esto indica que su maduración es la correcta.
4. Análisis de vibración: se debe detectar que mediante una palmada a la sandía se devuelva un sonido profundo, lo que indica que está madura. Si se genera uno hueco o plano significa que se pasó de maduración.
5. El tallo: si se observa esta parte de la fruta se puede determinar su estado. Si está seco significa que su sabor es ideal para su consumo, pero su color verde indica que fue cosechada antes de tiempo.