Una tensa manifestación se desarrolló en las inmediaciones de Plaza de Mayo, luego de que la Universidad Nacional de las Madres de Plaza de Mayo (UNMA) quedara prácticamente clausurada por orden del Gobierno de Javier Milei. La protesta, encabezada por la rectora Cristina Caamaño y acompañada por estudiantes, docentes y trabajadores, se centró en un pedido puntual: recuperar el mural de Hebe de Bonafini antes de que el edificio quedara definitivamente cerrado.
Desde hace semanas, las autoridades de la UNMA intentaron retirar sus bienes, pero denunciaron trabas burocráticas que dificultaban el acceso. “Nos pusieron todo tipo de impedimentos para sacar las cosas. Hay pupitres, pizarrones, escritorios, sillones… Finalmente, aceptamos dejarlo todo, regalarlo al Gobierno de Milei a cambio, únicamente, del mural”, explicó Caamaño en diálogo con la prensa.
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El edificio, ubicado en la calle Defensa 119, se mantiene con las persianas bajas y sin señales de actividad. Según las autoridades universitarias, el Gobierno decidió devolver la propiedad a su dueño y ordenó que se entregue completamente vacía.
“Nos habían autorizado a llevarnos el mural de Hebe. Lo pagamos con nuestro presupuesto y queríamos trasladarlo a la Casa de las Madres, pero de un día para otro cambiaron de decisión. Ahora nos impiden ingresar”, agregó la rectora.
La incertidumbre derivó en un clima de tensión entre los manifestantes, que exigían una respuesta inmediata. “Si la persiana estuviera levantada, se verían las sillas apiladas, los pizarrones, los escritorios… Todo lo que estamos dejando. No queremos nada más que el mural”, insistió Caamaño.
La manifestación creció con el correr de la tarde, reuniendo a militantes de derechos humanos, ex alumnos y vecinos que se acercaron para expresar su apoyo. Con cánticos y banderas, exigían una respuesta urgente de las autoridades: “Abran o la tiramos abajo”, coreaban con fuerza frente a la UNMA, en un último intento por recuperar la imagen de la histórica referente de los Derechos Humanos.
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A medida que la protesta se intensificaba, el silencio oficial aumentaba la frustración de quienes estaban en el lugar. “No nos quieren atender, no hay nadie que nos explique por qué nos niegan algo que es nuestro”, reclamó una de las asistentes. Mientras tanto, las autoridades de la UNMA afirmaron que seguirán presionando para recuperar el mural, al considerar que forma parte del legado de lucha de Hebe de Bonafini y de la historia de la universidad.
LT