La fama se persigue, se añora, se desea por todos los beneficios que se supone que implica, desde el reconocimiento popular hasta una posibilidad de evolución de la situación económica. Empero, la visibilidad extrema también causa efectos colaterales nocivos.
Así lo sufre La Tora, que saltó a lo más alto de las tendencias con su participación en Gran Hermano, donde no pasó desapercibida más allá de no avanzar hasta instancias finales en la edición que se consagró Marcos Ginocchio. La mediática acaba de confesar que su psiquis presenta un drama.
Lucía Villar habló con Puro Show y opinó de la reciente aparición de Ginocchio en la costa atlántica, donde se lo pudo divisar muy cómodo con el contacto con sus fanáticos. “El comentario sobre Marcos fue porque yo tengo ansiedad social, y muchos de mis compañeros también la tienen”, soltó.
La famosa confirmó que ya posee un diagnóstico de esa especie de fobia y luego valoró al salteño: “Soy muy emocional y expreso lo que siento. Cuando me contaron que él estaba en la playa, pensé: ‘¿Cómo hizo?’. Marcos es mucho más popular que yo y que muchas personas, y aun así pudo disfrutarlo”.
LA ENFERMEDAD QUE PADECE LA TORA
Envuelta en la confesión de una problemática muy personal, La Tora iluminó las secuelas más graves de esta enfermedad: “Yo, en cambio, me privo de muchas cosas en mi vida por tener ansiedad social. Me privo mucho con mis amigas y mi familia. Evito salir a lugares muy concurridos. Si voy a la cancha, tengo que ir acompañada; sola, no puedo”.
Para dimensionar todo lo que la aqueja en su interior, los impedimentos que se hacen carne en su cotidianidad, la ex Gran Hermano narró: “Imaginate que ni siquiera salgo a las cuadras a la redonda de mi casa, realmente la paso muy mal”. Y para culminar y permite que todos entiendan los síntomas horribles que se apoderan de su ser, Lucía confirmó: “Me falta el aire, es una situación que no puedo controlar. Me da ansiedad cuando me enfrento a algo que no puedo manejar”.