Nicolás del Caño: «Votar al FIT es dar un fuerte mensaje al poder económico y a sus cómplices»

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El “no cierre” de la alianza del peronismo en provincia de Buenos Aires, Fuerza Patria, cuando terminaba el tiempo para la presentación de listas fue definido, por propios y ajenos, directamente como la muestra de un peronismo roto, atando con alambre las tensiones internas entre el kirchnerismo, el Movimiento Derecho al Futuro y el Frente Renovador. Peleas intestinas por porciones de poder que ya llevan más de un año y que frente al momento del país, con la propia proscripción de Cristina Kirchner inclusive, se ven obscenas. El cierre de listas en la provincia se convirtió en un espectáculo de runflas y componendas a cielo abierto.

El periodista Ernesto Tenembaum contó, en su editorial de la mañana en Radio con Vos, que en pos de verificar la veracidad del discurso anticasta del gobierno en el perfil de los candidatos de las listas LLA fue muy difícil encontrar un nombre que no representara a los clásicos profesionales de la política. La disputa de la LLA con el PRO, el armado de Karina Milei sin Santiago Caputo y los influencers de “las fuerzas del cielo”, reforzó la idea de que la ambición de gobierno de avanzar en territorio bonaerenses cierra con las tradicionales componendas con la casta.

–¿Contanos qué panorama se vivió durante el cierre de listas?

–Nico del Caño: Efectivamente, el cierre de lista fue digno de la casta en la disputa por los cargos. En La Libertad Avanza (LLA) se peleaba el sector de Karina Milei con el de Santiago Caputo, se habla de los heridos que son el sector de los tuiteros, otra vez la compra de cargos por miles de dólares. Pero igual vinieron con el discurso contra la casta. Para muchos que creyeron en este discurso, no solamente se ve en el ajuste, que fue contra el jubilado, el estudiante y no contra la casta, sino también en sus prácticas políticas, empezando por sus ministros de gobierno –Bullrich, Caputo, Francos, los Menem– que son de la casta.

El peronismo también fue un bochorno. No llegaron al cierre de listas y los salvó un corte de luz, que obviamente generó suspicacias: hay una disputa feroz entre el sector de Axel Kicillof que se recuesta en lo más rancio del peronismo, de los intendentes y en la burocracia sindical, con el sector liderado por Cristina y Máximo Kirchner, que tiene además una alianza con Sergio Massa. Se vio un también un espectáculo de la casta, de peleas a dentelladas por los cargos de concejales, de diputados provinciales. En el marco de una elección donde Kicillof adelantó la fecha, separando la elección a cargos provinciales respecto de la de diputados nacionales en octubre, bien a la medida de esta interna y su afán de imponerse. Es decir, cuestiones que nada tienen que ver con las necesidades de las bonaerenses o los bonaerenses.

Después está ese rejunte “Somos Buenos Aires” de radicales de distintos sectores, de otros sectores peronistas, de la Coalición Cívica. Muchos de ellos son los que le votaron las leyes a Milei y le han hecho muchos favores, hasta ahora que se quieren presentar como una alternativa de oposición.

–En este contexto, el Frente de Izquierda-Unidad (FITU) fue la primera fuerza en oficializar sus listas

Claramente somos la fuerza política que puede terciar en esta polarización que intentarán entre el peronismo y LLA en la elección de la provincia de Buenos Aires. Es el ejemplo contrario a la casta. Ya hace 14 años que se viene sosteniendo el frente y que ha conquistado no solamente un lugar en cada lucha del pueblo trabajador, sino también ha conquistado espacios parlamentarios puestos en función de esas peleas, de esas luchas y de las que va a haber.

En mi caso me presento por la 3ª. sección electoral, Romina del Plá, en la 1ª. la primera y Laura Cano en la 8ª. Vamos a presentarnos, además de las 8 secciones electorales, en cerca de 100 municipios de toda la provincia. Es un gran orgullo contar con una lista de centenares de luchadoras y luchadores que integran la lista del Frente de Izquierda. Contrasta con este escenario de la casta donde son trabajadores, estudiantes, jubilados y jóvenes que van a estar en las listas, como están en cada lucha y en la batalla electoral también, por una alternativa política de la clase trabajadora.

–Es claro que el cierre mostró un show ajeno a las necesidades de las masas. Lo que se pretende presentar como “nuevo” es viejo, y habla de la crisis de representación de los partidos del sistema. Acorde con eso, el régimen electoral se vuelve cada vez más restrictivo y favorable a los partidos tradicionales, ¿cómo funcionan esos mecanismos?

Si, es una elección que va configurando un régimen cada vez más restrictivo hacia las mayorías trabajadoras, y hacia las fuerzas de laburantes y estudiantes, como la nuestra. Una elección donde al separarse de la nacional ni siquiera tenés los pequeños espacios publicitarios cedidos por el Estado para poder desarrollar una propuesta, difundir a tus candidatas y candidatos. A excepción de que tengas los recursos de los empresarios que bancan a estos grandes partidos o los recursos estatales que usan para las campañas. Respecto al gobierno nacional, hay muchas denuncias de cómo están utilizando dependencia de ANSES, del PAMI, y lo mismo el peronismo en el gobierno provincial y muchos municipios. Es una elección que aumenta los aspectos restrictivos, antidemocráticos, y teniendo en cuenta que ya estuvo la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner. Una parte del electorado no va a poder elegir a una candidata, porque tres jueces de la Corte Suprema ratificaron los fallos de todo un proceso judicial totalmente viciado a la medida de Macri y sus amigos.

Creo que esta elección profundiza lo que ya vimos en la elección de la Ciudad de Buenos Aires y en otras provincias: lo que se llama la privatización de la política. Es decir, los que no tienen recursos o no tenemos, como nuestra fuerza conformada por laburantes y jóvenes para las campañas corremos en desventaja, mucho más que antes. Inclusive hay en danza algunos proyectos que se han esbozado de varios sectores, incluyendo de la propia Cristina Kirchner, de plantear eliminar la elección de medio término, es decir, que directamente se hagan elecciones cada 4 años. Ante el desinterés o el rechazo a las políticas de los partidos tradicionales, la respuesta es que se vote menos. No más participación, sino menos.

Contamos con miles simpatizantes y militantes, y gente que respeta la coherencia de izquierda, que va a ser parte de alguna manera en una campaña para que una fuerza política como la nuestra pueda terciar en esta polarización de un régimen cada vez más restrictivo.

–En relación a este contexto electoral, ¿por qué y para que apoyar a la izquierda?

Para empezar, la izquierda es garantía de no transar con ningún gobierno ni con las patronales. El PRO, los radicales y sectores del peronismo, cada uno a su manera, le votaron y aprobaron las leyes de Milei. Los dirigentes sindicales que se abrazan con Kicillof no son ningún escudo como se dice el gobernador para frenar a Milei. Son las jubiladas y los jubilados, los estudiantes que defendieron la Educación Pública, los trabajadores del Garrahan, del Posadas, del Estado, como la Agencia de Discapacidad, los que están resistiendo hasta las personas con discapacidad participaron de grandes movilizaciones, donde la izquierda no solo ha estado desde el primer momento, bajo todos los gobiernos, se ha demostrado la única fuerza que es parte de esas luchas, que las impulsa y apuesta a su unidad y coordinación. Somos la única fuerza que se propone terminar con el plan de Milei y sus cómplices del FMI y desconocer la deuda, que implican el sometimiento y la condena para la juventud de hoy y las generaciones futuras a tener que trabajar cada vez más precarizados, a tener que cobrar salarios de miseria, no tener acceso a una educación de calidad, a la jubilación, etc.

Somos la única fuerza que se plantea que sean los propios trabajadores y los jóvenes de los sectores populares los que tomen las riendas del país, los que gobiernen. Somos los que apostamos a construir una gran fuerza política, como alternativa para los que hoy están desencantados con el peronismo o para aquellos que tienen bronca. El camino para expresar el descontento con esta situación no es quedarse en su casa, porque es darles el gusto. Votar al Frente de Izquierda para hacer una gran elección de los que no transamos, los que estamos en cada pelea y los que queremos derrotar Milei y el FMI, es dar fuerte mensaje al poder económico y a todos sus cómplices.

Construir una gran herramienta política de los trabajadores, eso sería un verdadero escudo contra los ataques de Milei. Nosotros apostamos a conquistar bancas que sean puestos de lucha al servicio de la movilización y de la organización de las causas populares.

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