Tercera baja para las reservas

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El ministro de Economía, Luis Caputo, habló este jueves, luego de la fuerte volatilidad del tipo de cambio la semana pasada, y aseguró que los empresarios tienen que cambiar el chip. El dólar mayorista registró otra baja, pero las presiones externas siguen latententes. Uno de los datos que encendió alertas fue la nueva caída de las reservas internacionales, al retroceder 400 millones de dólares en la jornada. El Gobierno lanzó un nuevo producto de cheques en moneda extranjera y busca avanzar en el bimonetarismo.

En el mercado siguen las preocupaciones en el frente externo. Se mira de cerca que se evaporó el 65 por ciento del último desembolso del FMI y la salida de capitales sigue en aumento. Las reservas internacionales brutas del Banco Central perforaron este jueves los 42.000 millones de dólares. En detalle, cerraron hasta 41.741 millones de dólares y ya perdieron 1.282 millones de dólares en las últimas tres ruedas.

A pesar de estas tensiones, de la expectativa latente de devaluación y de nuevos indicios de aceleración de precios, Caputo volvió a intentar convencer al sector empresario que no habrá saltos abruptos del dólar y que el nivel de precios seguirá en baja.

“Fueron décadas en donde garpaba sentarse en el stock y esperar que el consumidor termine avalando los precios. Este es un sistema totalmente diferente y opuesto”, afirmó en el streaming de Carajo. Y pidió un cambio de mentalidad: “Venimos de muchos años sin competencia y con una macro desordenada. Había déficit financiado con emisión, lo que generaba depreciación del peso. Eso es inflación”.

En la misma mesa de streaming, el presidente del Banco Central, Santiago Bausili, aseguró que el gobierno avanza en el plan de bimonetarismo. Dijo que se habilitarán cuentas corrientes en dólares exclusivamente para operar con cheques electrónicos (Echeq). La herramienta estará disponible a partir de diciembre y apunta a mejorar las opciones de financiamiento de las Pymes. “Queremos que el sistema vaya yendo hacia eliminar el cheque en papel, también en pesos”, explicó.

Por su parte, en lo que refiere a los datos cambiarios de la jornada, el dólar oficial cerró en 1339,62 pesos para la venta en el promedio de entidades que releva el Banco Central, mientras que en el Banco Nación quedó en 1340 pesos. En el segmento mayorista, que sirve de referencia para buena parte del comercio exterior, la divisa terminó en 1326,50, con una caída de 5,50 pesos en la jornada.

En contraste, el dólar blue rebotó 5 pesos y cerró en 1325 pesos. De esta forma, la brecha con el oficial mayorista se volvió levemente negativa (-0,1 por ciento), un fenómeno poco habitual que refleja la descompresión reciente del mercado paralelo. Sin embargo, persisten dudas sobre su sostenibilidad.

En el mercado de futuros, los contratos más cercanos (agosto a octubre) mostraron bajas de hasta 0,2 por ciento, mientras que los de más largo plazo (noviembre en adelante) registraron subas de hasta 0,5 por ciento. La curva ya descuenta un tipo de cambio mayorista de 1357 pesos para fin de agosto y de 1503 pesos en diciembre, con presiones inflacionarias que siguen latentes.

En el segmento de renta fija, los bonos en dólares registraron leves subas. El Global 2038, el Bonar 2035 y el Bonar 2029 avanzaron 0,6 por ciento. El riesgo país se ubicó en 735 puntos básicos, aunque si la tendencia se consolida podría perforar los 700. De todos modos, en el mercado persisten dudas ante la media sanción de leyes que implican mayores gastos, como el financiamiento universitario o la emergencia pediátrica.

Los bonos en pesos, en cambio, sufrieron caídas generalizadas por el aumento de los encajes y la suba de la tasa de caución. El TX26 cayó 1,6 por ciento, el TZX16 bajó 1,5 por ciento y el DIP0 retrocedió 0,9 por ciento. “La curva en pesos se tiñó de rojo de la mano de la suba de la caución”, explicaron operadores.

En renta variable, el S&P Merval cayó 2,7 por ciento en pesos y 2,6 por ciento en dólares. Las acciones más golpeadas fueron Edenor (-7,7 por ciento), Pampa Energía (-5,7 por ciento), Transener (-5,7 por ciento) y Cresud (-4,2 por ciento).

Por último, YPF presentó un balance con sabor amargo. En el segundo trimestre del año reportó ingresos por 4.641 millones de dólares, un 6 por ciento menos que en el mismo período de 2024. La utilidad neta cayó 89 por ciento interanual hasta apenas 58 millones de dólares, y el EBITDA ajustado fue de 1.120 millones, por debajo de las expectativas del mercado.

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