Anamá Ferreira llegó a la Argentina proveniente de Minas Gerais en 1976, con una valija y un consejo: “Fijate, y si no funciona, te vas”. La idea inicial era estar en Buenos Aires 10 días y partir hacia París para probarse en el mundo de la moda. Sin ningún contacto en el viejo continente, su única carta de presentación eran sus interminables piernas y su belleza desafiantemente exótica. En su tierra natal había dejado a su familia, la ausencia de un hermano fallecido y una carrera inconclusa de abogada. Pero nada de lo previsto se dio como pensaba y día tras día se fue convenciendo que Argentina podría ser su lugar en el mundo. Amigable, seductora y cómica, terminó protagonizando la época dorada de la moda en los ‘80 junto a Mora Furtado, Teté Coustarot y Teresa Calandra, desfilando para marcas top como Paco Rabanne y André Courrèges, y protagonizando las portadas de Vogue y Elle. La tele puso los ojos en ella y rápidamente pasó a formar parte del elenco original de la serie “Mesa de Noticias”, donde su fama se multiplicó al nivel de celebridad. Con toda esa resonancia, creó su propia escuela de modelos, Anamá Models School, con la cual continúa hasta hoy.
Anamá no vive de su gloria pasada ni de los VHS que la tienen como una de las mujeres claves del espectáculo nacional de los últimos 45 años. Hoy conduce el programa de televisión “Tarde de brujas” en Net TV, y entró en el código streaming con su propio programa “No damos abasto” en Love / ST TV. Voz autorizada de quien vivió todo, y condecorada como Personalidad Destacada de la Cultura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, habló con NOTICIAS.
Noticias: Para la mayoría, es argentina, nacida en “Mesa de Noticias”; pero la realidad es que es brasilera y llegó a nuestro país sin querer.
Anamá Ferreira: Sí, yo nací en Campobello, una ciudad de Minas Gerais, al sudeste de Brasil. Después me mudé a Río de Janeiro para estudiar Derecho. La carrera me encantaba, y de hecho me falta apenas un año para terminarla. En Buenos Aires hice un año en la UADE, y los otros tres en Brasil. Me aceptaron con todos los papeles cuando llegué acá, cursé bastante pero era muy intenso y terminé dejando.
Noticias: A los brasileros no les gusta irse de su país, sin embargo, usted se fue de su ciudad natal y después de Río de Janeiro.
Ferreira: Sentía que mi vida estaba en otro sitio. Pero fue por partes. En Minas Gerais no conocíamos el mar entonces ver las playas de Río y el ambiente del carnaval me motivaron a irme. Y en Río descubrí otra vida. Yo venía de un pueblo muy conservador, cerrado. Era una adolescente alta, flaca, moderna, y eso no se entendía allá. Sufrí muchísimo bullying. Nadie quería bailar conmigo en los bailes, me decían cosas horribles, lloraba todas las noches. Tenía un póster de una modelo argentina llamada Kouka Denis que era famosísima, adorada en París. Soñaba con su vida. Río de Janeiro lo sentí como un puente hacia la vida que pretendía.
Noticias: ¿En Río comenzó a trabajar de modelo?
Ferreira: Sí. Nunca había trabajado antes. Lo único que sabía hacer en Mina Gerais era tipear a máquina, a 140 palabras por minuto, porque en mi ciudad no había muchas opciones. Pero en Río empecé a conocer gente del ambiente. Una noche, en una fiesta, una colega me preguntó si conocía Buenos Aires. Le dije que no, que me iba a París, de hecho ya tenía contrato y pasaje. Pero esa chica me dijo: “En Buenos Aires no hay una sola modelo negra, te va a ir bien”. Me lo vendió tan bien que empecé a pensarlo. París podía esperar. Y así llegué a Buenos Aires.
Noticias: ¿Cómo fue su llegada al país?
Ferreira: Sola, en micro. Era febrero del 76. Bajé en una casilla donde hoy está Puerto Madero, en ese entonces no había nada. Me hice amiga de unas chicas en dos minutos, soy muy sociable (sonríe), y nos fuimos a un hotel medio raro en la calle Tres Sargentos. Pero ahí empezó a activarse eso que yo llamo “el hilo rojo”. Una de las chicas conocía a una mujer que trabajaba en Anteojito y ella me presentó a un pintor, que me llevó con José Luis Perotta, un fotógrafo de moda muy importante. Me dijo: “Desfiles vas a hacer, pero publicidad… no sé si pondrán negras en publicidad acá”. Y así fue, desfile tras desfile. El primero fue el 24 de marzo, el día del golpe militar. Imaginate, en la calle se quemaban colectivos, la gente gritaba. Era todo muy confuso, pero ahí estaba yo, desfilando.
Noticias: ¿Cuándo fue el clic “me quedo”?
Ferreira: El desfile clave fue el de Charlie Grilli, el 5 de abril de 1976. Fue una explosión. Salí en todos los diarios y revistas. “¿Quién es esa chica?”, decían. Yo no conocía a nadie, pero me empezaron a llamar de todos lados. Me hice amiga de Mora Furtado, Virginia Elizalde, Teté Coustarot. Luego me presentaron a Luis Puenzo, quien me llamó para hacer la publicidad de Gancia. Fui al casting, quedé. Era raro para la época ver a una modelo negra en una publicidad, pero yo nunca pensé que no podía. Siempre voy a fondo, sin importar qué dicen de mí. Soy un Fórmula 1, o voy a 300 kilómetros por hora o no voy a ningún lado.
Noticias: ¿El ambiente de la moda cómo la trató?
Ferreira: Al principio me veían como “la exótica”. Eran todas modelos hegemónicas y yo. Hasta que un día dije: “¡Basta! No soy exótica. Soy una persona normal”. Porque tengo carácter, soy brava. Me planté. No quería que me etiquetaran. Era modelo, punto. Como cualquiera. Y eso me abrió un camino distinto. Siempre trabajé, nunca me faltó nada. Tenía mi pasaje a París guardado, pero Buenos Aires me eligió antes. Y yo también elegí quedarme.
Noticias: El brasilero tiene un problema de adaptación, siente la falta de la playa, el calor, la samba.
Ferreira: No es mi caso. Ni siquiera con el idioma. Yo siempre fui de entender. Siempre tuve esa facilidad. Y cuando llegué, lo viví con naturalidad. Sentí que en Argentina podía desarrollarme. Antes me hacían bullying, me miraban raro, pero después todo eso se transformó y lo exploté en este país. El quiebre fue en Río, cuando conocí a un diseñador top. Me planté frente a él y dije: “Soy modelo, quiero trabajar con vos”. Me probó un vestido de alta costura y me dijo algo que nunca olvidé: “Con esas piernas podés mostrar todos los vestidos que quieras”.
Noticias: La televisión argentina de los 80 era el paradigma del machismo y la cosificación a la mujer, sin embargo, brilló.
Ferreira: El machismo existía y estaba fuerte, pero yo no lo sufrí de forma directa. Entré justo en una camada brillante e inolvidable como la de los hermanos Meza, Gianni Lunadei, Alberto Fernández de Rosa, Adriana Salgueiro, Carmen Barbieri. Además estaba de moda Grace Jones y yo me corté el pelo como ella. Era sofisticada y pegó en la gente. Me convocó Andrés Percivale para hacer “Los retratos de Andrés” en Canal 13, que era un programa top de la tele. Éramos diez modelos divinas, todos los domingos a la noche. Nos tenían mucho respeto, éramos como inalcanzables.
Noticias: La mayoría de las figuras de esa época cayeron en excesos y terminaron mal.
Ferreira: Yo siempre tuve miedo. Conocí a todos, a los humoristas y músicos. La peor combinación, pero siempre supe cuándo era la hora de volver a casa. En mis grupos de salida estaban Charly García, Los Abuelos de la Nada, Sumo, Riff y todos los de la televisión, súmale Monzón, Sandro, Olmedo, Porcel y el que te imagines. Estuve en la playa esa tarde cuando se pelearon Los Abuelos con Charly en Mar del Plata. Pero siempre me mantuve al margen. Nunca me drogué. Ni siquiera tomaba alcohol. No porque fuera santa, sino porque veía lo que la droga causaba. Me decían “careta”, pero no me importaba. Hoy lo agradezco. Siempre digo lo mismo: “La noche es linda y muy divertida, pero hay que saber cuándo irse a dormir”.
Noticias: Fue madre a los 43. ¿Cómo vivió esa experiencia?
Ferreira: Fue un milagro. Había hecho muchos tratamientos y no quedaba embarazada. Fui a Salta, recibí a la virgen, y al mes estaba embarazada. Trabajaba en Canal 13, hacía “360: Todo para ver” con Julián Weich. Fui la primera en aparecer en televisión con panza. En esa época no se mostraba, se ocultaba. Pero yo medía mi panza todos los días y estuve en el canal hasta que parí. Taina nació y cambió mi vida. Le di los valores que me formaron: esfuerzo, educación, independencia. Invertí todo en su formación. Mientras otros ponían plata en propiedades, yo aposté a su educación. Hoy habla cuatro idiomas. Me da mucho orgullo.
Noticias: ¿Nunca pensó en volver a Brasil?
Ferreira: Mi error fue no trabajar más allá. Porque allá casi no me conocen. Pero nunca me planteé volver. Tengo un matrimonio con la Argentina. A veces discutimos, pero es un amor eterno.
Noticias: ¿Si confesara amores propios y ajenos, explotaría más de un escándalo, no?
Ferreira: Sí, pero soy una tumba. Igual serían más los ajenos que los propios. Estuve mucho tiempo casada y en pareja. Ahora estoy soltera. Está raro el tema. A los hombres les cuesta. Las mujeres de 70 estamos divinas y ellos no, envejecen de la cabeza y del cuerpo, y encima pretenden salir con chicas de 20 años que los quieren por su plata. En Tinder me bloquearon, me denunciaron por usar fotos mías, decían que era una mentirosa porque me hacía pasar por “Anamá Ferreira”. Busco a alguien informado, que lea, que respete. No quiero que me mantengan. Quiero alguien con quien compartir, con quien crecer. Si no, sigo sola. Porque sola también estoy muy bien.