La adopción de IA en empresas va más rápido que la formación de empleados y se profundiza la brecha digital laboral

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La brecha se vuelve más evidente cuando se analiza la percepción de riesgo entre los trabajadores: el 47% de quienes utilizan IA teme que la automatización pueda reemplazar sus tareas, y seis de cada diez empleados (62%) expresan miedo a perder su empleo en el corto plazo por efecto de la tecnología.

Pese a ese temor, el informe muestra un dato que complejiza la lectura del fenómeno. Entre los empleados que ya utilizan inteligencia artificial de manera diaria, el 71% afirma haber incrementado su productividad y un 54% asegura sentirse más seguro laboralmente.

Esto sugiere que la IA no solo amplía las capacidades humanas, sino que también puede fortalecer la confianza y la estabilidad profesional, siempre que esté acompañada de procesos de formación adecuados para que el empleado no la perciba como una amenaza.

En otras palabras, quienes acceden a capacitación y herramientas concretas experimentan beneficios tangibles, mientras que quienes quedan al margen de esa transición perciben mayor vulnerabilidad y ansiedad.

La situación argentina en el contexto global

El estudio de PwC recopiló respuestas de casi 50.000 personas en 48 países, incluyendo empleados argentinos de distintos sectores y niveles jerárquicos. La amplia base de datos permite trazar paralelismos entre las tendencias locales y las globales.

A nivel mundial, solo el 14% de los trabajadores utiliza IA generativa todos los días y apenas el 54% declara haberla utilizado al menos alguna vez en el último año.

Sin embargo, quienes sí la emplean diariamente reportan mejoras sustanciales: un 92% vio incrementos en productividad, un 58% percibió mayor seguridad laboral y un 52% registró aumentos salariales vinculados al uso de estas herramientas.

Esta brecha entre usuarios frecuentes y ocasionales refleja que el impacto positivo de la tecnología es significativo, pero está concentrado en grupos que acceden a capacitación o cuentan con roles más preparados para incorporar estas nuevas capacidades.

En el caso argentino, la adopción de IA se superpone con tensiones propias del contexto económico y laboral.

El 68% de los trabajadores consultados declara estar atravesando dificultades financieras y el 37% espera un aumento del salario real en los próximos doce meses.

Este escenario de presión económica intensifica la preocupación por el futuro laboral y la percepción de riesgo ante los cambios tecnológicos.

El informe también señala que el 72% de los empleados siente que su carga laboral aumentó respecto al año pasado y un 44% admite sentirse abrumado al menos una vez por semana.

Entre los jóvenes de 18 a 34 años, esta sensación se vuelve aún más marcada: el 49% dice experimentar estrés o “miedo al futuro laboral”, un síntoma que combina inseguridad económica, falta de oportunidades de desarrollo y dudas sobre su capacidad para adaptarse a la automatización.

La encuesta revela además una creciente distancia entre los trabajadores y las cúpulas directivas de las organizaciones.

Apenas el 46% de los empleados argentinos confía en las decisiones de la alta gerencia, y solo el 41% comprende con claridad los objetivos estratégicos de la empresa donde trabaja.

Este déficit de comunicación interna y la falta de una cultura organizacional orientada al aprendizaje refuerzan la sensación de aislamiento frente a los cambios tecnológicos.

Un dato clave del informe muestra que el 58% de los encuestados considera que su empresa no los prepara adecuadamente para afrontar los desafíos digitales que se avecinan, un indicador directo de la falta de inversión sistemática en formación y reconversión de habilidades.

Damián Vázquez, socio de PwC Argentina y líder de Managing Consulting, destacó en el informe que el talento local busca estabilidad pero también claridad y contención emocional.

“El talento local evidencia un fuerte deseo de estabilidad, pero también una necesidad urgente de contención emocional y claridad sobre el rumbo de las organizaciones donde se emplean. La confianza se construye con comunicación transparente y una agenda real de desarrollo de habilidades, especialmente en un contexto donde la tecnología redefine la forma de trabajar”, destacó.

La percepción del futuro laboral según las generaciones

El análisis también expone una marcada brecha generacional en la percepción del futuro laboral. Mientras el 59% de los trabajadores mayores de 45 años se siente relativamente seguro en su puesto, solo el 38% de los jóvenes afirma lo mismo.

Para ellos, la sensación de vulnerabilidad se vincula directamente con la falta de capacitación: apenas el 29% de quienes tienen entre 18 y 34 años considera que su empleador los forma adecuadamente para enfrentar los desafíos del futuro.

Esta diferencia evidencia que las generaciones más jóvenes, que deberían liderar la transición hacia un mercado laboral más tecnológico, son justamente las que perciben menor apoyo institucional para desarrollar nuevas habilidades.

La falta de balance entre vida laboral y personal se suma como un factor adicional de preocupación. El 61% de los empleados argentinos declara trabajar más horas que hace un año y casi la mitad, el 49%, considera que su trabajo afecta de manera negativa su bienestar mental o emocional, un porcentaje muy por encima del promedio global del 35%.

Según el informe, quienes cuentan con jefes que los escuchan o reciben objetivos laborales claros muestran niveles de motivación un 70% más altos, lo que confirma el rol central del liderazgo empático en tiempos de inestabilidad cultural y tecnológica.

Vázquez concluye en el informe que los empleadores deben mirar estos resultados como «una guía para abordar los desafíos urgentes» que enfrenta la fuerza laboral actual.

Entre ellos, menciona la necesidad de aprovechar los incrementos reales de productividad que la IA puede ofrecer, de construir confianza interna, de reforzar la comunicación entre líderes y equipos, y de desarrollar las habilidades necesarias para crecer de manera sostenible en un entorno en permanente transformación.

Para PwC, la evolución del trabajo depende tanto del bienestar emocional y la motivación de los empleados como de la tecnología que incorporan las empresas, y la clave para reducir la brecha digital es invertir en formación continua y accesible.

“El informe aporta claridad en el debate sobre el futuro del trabajo, brindando a los empleadores los datos que necesitan para afrontar los desafíos más urgentes de la fuerza laboral actual: desde aprovechar los verdaderos incrementos de productividad de la IA hasta construir confianza, motivación y las habilidades necesarias para un crecimiento sostenible. La productividad, la reinvención y el crecimiento dependen tanto de la confianza y el bienestar de las personas como de la tecnología”, completó Vázquez.

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