La balanza comercial registró en marzo un superávit de 323 millones de dólares y mantuvo la variación positiva de los últimos meses, de acuerdo con el reporte del Indec difundido este miércoles. Entre los datos relevados se destaca el incremento de las importaciones en bienes de consumo, que compiten con la producción nacional en industrias clave.
En el tercer mes del año el comercio exterior volvió a crecer en la comparación intermensual, pero respecto a marzo de 2024 mostró una caída significativa: el superávit en ese momento alcanzó los 2.160 millones de dólares, por lo que la retracción es del 67 por ciento.
El intercambio total de bienes sumó 12.334 millones de dólares, con un alza interanual global del 14 por ciento, impulsada por el aumento sostenido de las importaciones.
Las exportaciones alcanzaron los 6.329 millones de dólares, lo que implicó una baja del 2,5 por ciento respecto a marzo de 2024. El dato negativo se sostiene en la disminución del 4,2 por ciento en las cantidades vendidas que se compensaron de forma parcial por el aumento del 1,8 por ciento en los precios.
Los productos primarios y los combustibles y energía fueron los más afectados, con descensos de 16,1 y 13,5 por ciento, respectivamente. En contraste, las manufacturas de origen industrial crecieron 13,1 por ciento, traccionadas por mayores precios, especialmente en piedras y metales preciosos incluidos en la producción primaria.
En la medición desestacionalizada y en términos de tendencia-ciclo se observa una reducción de 5,4 por ciento y 0,9 por ciento sobre febrero, en ese orden.
En el caso de las importaciones, totalizaron 6.006 millones de dólares: un alza interanual de 38,7 por ciento, motorizada por un salto del 47,5 por ciento en las cantidades, aunque los precios bajaron 6 por ciento.
Entre los rubros que empujaron el porcentaje hacia arriba se ubican la compra de vehículos automotores (+107 por ciento), los bienes de capital (+74,1 por ciento) y bienes de consumo (+75,7 por ciento). Los números muestran:
* La recuperación de la demanda interna en un segmento de la población. Por ejemplo el que puede acceder a la compra de rodados de alta gama.
* El aprovechamiento de las posibilidades para sectores que dependen de ciertos insumos importados que bajaron el precio y encuentran en eso una oportunidad de generar stock y producir.
* En otros casos, la acumulación de compras al exterior es para revender los bienes en Argentina, donde hay productos de fabricación nacional que tienen que competir contra precios a la baja y no pueden mantener la rentabilidad.
* La adquisición por parte de las personas o familias de bienes y productos por valores más económicos o de marcas que no se consiguen a nivel nacional.
Aunque el índice de términos del intercambio mejoró un 8,3 por ciento respecto al año pasado -lo que indica que Argentina exportó a mejores precios relativos que los que pagó por importar-, la balanza comercial se vio afectada por el desequilibrio en volúmenes, detalla el informe del organismo.
Sobre ese punto, el documento concluye que si hubieran persistido los precios del año anterior, el país habría registrado un déficit de 174 millones de dólares. De esta manera, el superávit que celebra el Gobierno se sostiene más por precios favorables que por una mejora estructural del intercambio.
Entre las medidas que favorecen la situación actual del comercio exterior -pero que generan problemas en la economía real con cierres productivos y despidos- se encuentran la flexibilización de las normas para el ingreso de importaciones y la vigencia de un tipo de cambio desfavorable para la industria local.