Matías Rodríguez Ghrimoldi
En 1955, la Argentina vivía una polarización social extrema: obreros movilizados detrás de Perón y clases medias y altas cada vez más opositoras. El enfrentamiento con la Iglesia, la censura a la prensa y la crisis económica tensaban el clima político. El 16 de junio, aviones de la Marina bombardearon la Plaza de Mayo en pleno mediodía con el objetivo de asesinar al presidente Juan Domingo Perón. Murieron más de 300 personas y hubo más de 800 heridos. Tres meses después, un nuevo alzamiento derrocó al presidente constitucional que había sido electo dos veces.
Héctor Germán Oesterheld comenzó a escribir El Eternauta a fines de 1956. La historieta relata cómo una nieve tóxica cae del cielo y mata a mansalva. La sociedad se fragmenta: grupos que pelean entre sí por la supervivencia, se disputan los recursos y desconfían del otro. Ese clima postapocalíptico dejó aún más indefensos a los argentinos. Nadie vio venir la invasión: unos insectos alienígenas descendieron del cielo y comenzaron a tomar el país.
En 1957, el presidente de facto Pedro Eugenio Aramburu anuló la Constitución que el peronismo había impuesto siete años antes, restableciendo el texto de 1853, aunque restringiendo varios de sus derechos. El 4 de septiembre de ese año se publicó la primera entrega de El Eternauta en la revista Hora Cero Semanal, de Editorial Frontera, con guión de Oesterheld y dibujos de Solano López. El cómic, que salía semanalmente, narraba las vicisitudes de Juan Salvo y sus amigos, que se unían a la resistencia para defender la patria frente a la invasión alienígena.
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La trágica historia de Héctor Oesterheld el autor de El Eternauta: su desaparición y la de sus 4 hijas
El 1 de mayo de 1958, en medio de la represión, el Día del Trabajador se convirtió en un acto clandestino de la resistencia. Miles de trabajadores peronistas se movilizaron pese a la proscripción. La resistencia también incluyó a militantes comunistas, socialistas y trabajadores no organizados políticamente.
Tras casi 18 años de exilio, Perón regresó al país y el justicialismo volvió al poder recién en 1973 con elecciones libres. Pero muchos de los sectores que habían peleado por su retorno no quedaron conformes con sus decisiones. El peronismo se fracturó. La derecha justicialista, junto a fuerzas de seguridad, persiguió y asesinó a miembros de la izquierda peronista. Oesterheld, ya una figura destacada por sus historietas, apoyó públicamente a Montoneros.
La crisis económica, los enfrentamientos internos y la muerte de Perón allanaron el camino para un nuevo golpe de Estado el 24 de marzo de 1976.
En 1977, Oesterheld fue desaparecido junto a sus cuatro hijas y sus tres yernos, todos militantes montoneros. En 1983, tras la derrota en Malvinas y una crisis terminal, la dictadura cayó y volvió la democracia.
Cuarenta años después, asumió un gobierno cuyo presidente afirma que “las necesidades son infinitas y los recursos escasos”. Su jefe de Gabinete es hijo de un militar que participó en el golpe de 1955.
En 2025 se estrena El Eternauta por Netflix, tras el vaciamiento del INCAA y recortes a la cultura. En esta versión, Juan Salvo es veterano de Malvinas. Como en la historieta, los protagonistas primero se enfrentan entre ellos “porque los bienes son escasos”, hasta comprender que nadie se salva solo.
En la ficción se construye la idea de “héroe colectivo”. Nadie tiene superpoderes, ni una visión mesiánica. Los personajes son profundamente humanos con falencias y contradicciones. Además, la falta de certeza sobre el invasor domina a los pobres integrantes de la resistencia. No se espera que venga un líder a salvarlos.
En la vida real hay quienes hablan de resistencia y parecen estar igual de desorientados, pero, como se dice en estas producciones: “todas las similitudes son pura coincidencia”.
LM CP