Vetos que no gustan

Compartir:

En 2024, a partir del mes de julio, la aprobación general del Gobierno había comenzado a caer mes a mes, volviendo a crecer hacia noviembre. Las caídas estuvieron vinculadas a la aprobación en el Congreso de leyes vinculadas a los jubilados y el presupuesto universitario y sus correspondientes vetos por parte del Ejecutivo nacional. Ello dio lugar a la marcha más masiva que enfrentó el Gobierno. Noviembre, con su 2,4% de inflación, marcó el momento de la recuperación de la aprobación de gestión que en diciembre llegó a l 47%, máximo porcentual de ese año. Este año nos muestra otra dinámica. La aprobación de gestión viene disminuyendo en forma sistemática. Y los índices inflacionarios no logran detener una baja que llega a de 6 puntos si comparamos julio 2025 con diciembre.

Nuevamente, la caída aparece asociada al anunciado veto presidencial sobre las jubilaciones. Pero no solo eso, las dificultades para llegar a fin de mes, el endeudamiento de familias y los cambios de hábitos de consumo hacen que crezcan las críticas al plan económico y que seis de cada diez personas crean que el país va hacia una latinoamericanización. Hoy los opositores superan a los adherentes y prácticamente la mitad de estos son críticos de muchos aspectos de la gestión.

El Gobierno insiste en que los argentinos de bien ya han entendido que el superávit fiscal no se toca y supone que sus votantes de segunda vuelta están decididos a acompañarlo levantando sus likes ante cualquier veto presidencial, pero esto no es tan claro.

Esto no les gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

El éxito gubernamental pareciera estar más vinculado a cierta estabilidad económica lograda más la falta de alternativas políticas superadoras que a la batalla cultural que pregona. Veamos: en 2024, el veto presidencial a las jubilaciones en la opinión pública tuvo un rechazo del 74%. En 2025 preguntados si “para preservar el equilibrio fiscal Milei debe rechazar todo aumento o si debe evaluar cada caso, como las jubilaciones o los recursos a las provincias”. Solo un 17% estuvo de acuerdo con “preservación o muerte”. Mientras un 80% cree en la evaluación caso a caso. Repreguntados sobre si Milei debe dar un incremento a los jubilados, sacando el dinero de otro lugar del Presupuesto, el 74% se manifestó de acuerdo. A su vez, en relación con el conflicto con los gobernadores, para seis de cada diez encuestados el Gobierno no les está dando a las provincias los recursos que les corresponden. Y creen el reclamo es genuino. ¿Esto significa que el Gobierno perderá las elecciones nacionales? No estamos diciendo eso, simplemente que los problemas que está teniendo la economía, por más dólares que inyecten los organismos internacionales, no resuelven los temas de la vida cotidiana.

El veto presidencial a las jubilaciones no cambiará la tendencia electoral, pero sí continuará minando la base de apoyo presidencial.

Hoy, con un 40% de base de adhesión, el triunfo nacional de la LLA parece garantizado frente a una oposición dispersa. Pero como venimos diciendo, ello no supone un país teñido de violeta. Lo más probable es que el mapa parezca una camiseta de tres colores. No le alcanza al Gobierno con plantear la contradicción kirchnerismo o libertad para la elección de octubre.

La decisión de gobernadores de Córdoba, Chubut, Corrientes, Jujuy, Neuquén y Santa Cruz de armar una alternativa por encima de la consigna del Gobierno, la posibilidad de que en Tucumán el peronismo se presente unido enfrentando a la lista de la LLA, más la resistencia de Salta, muestran que quienes siempre fueron contados como aliados para levantar la mano en el Parlamento aparecen como un freno a la idea de victoria arrasadora.

* Consultor y analista político.

También puede interesarte