Refacciones en Bromatología: El objetivo es acompañar a las empresas para que cumplan con la normativa

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En el marco de la inauguración de las obras de refacción en la sede de Bromatología del Ministerio de Salud Pública, Pedro Ribeiro, director del área, explicó que actualmente son casi 200 las empresas habilitadas para elaborar y envasar alimentos en la provincia. “Con el cuerpo técnico garantizamos que esos productos sean aptos para consumo humano”, afirmó. Señaló además que el área trabaja en conjunto con los municipios para controles y procedimientos.

El director de Bromatología del Ministerio de Salud Pública del Chaco, Pedro Ribeiro, en diálogo  con la prensa destacó las obras como “muy necesarias” y detalló el trabajo que realiza el área a su cargo en la habilitación de empresas alimenticias y en los controles de calidad de los productos. “Desde la dirección habilitamos a las empresas que elaboran y envasan alimentos en la ausencia del consumidor”, señaló.

Actualmente, explicó, “en la provincia tenemos casi 200 empresas que elaboran alimentos y nosotros con todo el cuerpo técnico, desde el departamento de habilitación y con el departamento de Laboratorio, garantizamos que ese producto que va a ser no solamente tránsito provincial, sino le otorgamos un tránsito federal, sea apto para consumo humano”.

En este marco, Ribeiro subrayó que se aplica la Ley 1884 del Código Alimentario Argentino y que los controles incluyen evaluaciones microbiológicas y físico-químicas. “La normativa rige parámetros, esos parámetros son estándares que nos dan la aptitud del producto. Muchas veces hay empresas que no alcanzan en las cuestiones de higiene o sanitarias en cumplir la normativa, entonces los vamos asesorando y los vamos acompañando, no castigándolo, sino acompañándolo para que puedan llegar a tener el registro que corresponde”, sostuvo.

Sobre el procedimiento, aclaró: “Una vez que está habilitada completamente la fábrica, solicitamos una muestra de un producto alimenticio para realizar los controles de calidad que corresponde, ya sea del área microbiología o físico química, y se evalúa, a través de análisis y metodologías oficiales, si el producto cumple con los parámetros que exige la ley”.

Ribeiro destacó además el trabajo articulado con los gobiernos locales: “Nosotros tenemos, por suerte, una relación y un vínculo directo con los municipios. Cada municipio también se rige por la misma normativa. Entonces, trabajamos como un soporte técnico en el momento de hacer algunas vigilancias, denuncias o procedimientos. Se trabaja en forma articulada, donde ellos ponen a disposición todo el área de Bromatología del municipio y nosotros lo acompañamos en el procedimiento”.

Cuando se trata de denuncias o irregularidades, explicó que el área realiza análisis de laboratorio para determinar si un alimento es apto para consumo. “Si se detectan las irregularidades, la idea es siempre acompañar a la empresa. Se cambió el paradigma de hacer la multa directamente: la situación tiene que ser muy grave, evaluar el riesgo de la situación. Si es un riesgo muy alto que sabemos que está en juego la salud de la población, ahí sí se toma una medida más exigente”, afirmó.

Entre los problemas más frecuentes, el funcionario mencionó “falta de orden, de higiene, de cuestiones edilicias, de respetar el flujograma del proceso, los sectores de zona limpia, zona sucia, que muchas veces por ahí también tenemos que hacer promociones en otra parte, porque el comerciante desconoce”.

De esta manera, la Dirección de Bromatología busca asegurar que los alimentos elaborados en el Chaco cumplan con las normas establecidas, protejan la salud de los consumidores y tengan acceso a tránsito federal.

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